SER FELIZ - La mejor Manera de Sanar

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viernes, 19 de febrero de 2010

Estás cansada y agobiada

Estás cansada de tanta soledad; cansada y sin entender que todos tienen procesos personales que se están manifestando, cosas para transmutar que no tienen que ver contigo pero que, simultáneamente, producen en ti ese efecto que tanto te afecta: la soledad, el sentir que estás en un inmenso mar remando sola, que si te cansas, nadie hay para ayudarte y tenderte una mano; que nadie hay para entender o interesarse en tus procesos internos.

Estás cansada y agobiada. Por ello, es tiempo de detenerse a reflexionar y poner en la balanza todo lo que tanto peso significa para tus espaldas.

Reflexiona y comienza a sacar, de ese platillo en la balanza, lo que es superfluo, sin importancia; observa hasta qué punto es capaz de desequilibrar la balanza; intenta hacerlo objetivamente sin dejarte influir por el peso emocional que esa situación tiene.

Cuando reconozcas qué es lo que te afecta verás hasta dónde es posible modificar esa situación en lo que a ti depende, pero no podrás dejar de ser conciente que, en esa situación también está incluido el proceso del otro; podrás entenderlo más o menos pero lo importante es cómo influye en ti, cómo te afectó y si puedes solucionarlo o equilibrarlo para que no te perturbe al punto de paralizarte nuevamente.

Todo es aprendizaje, aún para ti; rescata eso y tendrás la solución en tus manos.

¿Qué puedes hacer cuando el otro no entiende tu proceso o no se interesa en entenderlo? ¿Cuándo saca a la superficie culpas y resentimientos antiguos de los cuáles tú no tienes la culpa? ¿Cuándo sólo el otro es responsable de su situación actual sea esta económica, emocional o de cualquier índole? Sólo puedes alejarte, tomar distancia hasta que se aclare en su corazón la situación.

Los miedos tienen profunda influencia en estas actitudes de enojo; son los miedos a no ser capaz, a bajar la poca autoestima que consiguió quizás con un golpe de suerte momentáneo; son los miedos los que nuevamente sacan a relucir todo aquello que no han sido capaces de resolver, todo aquello que, cuando se presenta nuevamente, te hacen sentir como un niño pequeño otra vez y, es entonces, tu presencia la que parece magnificarse ante los ojos del otro como pidiendo aclaraciones y transformaciones; entonces la reacción se torna desmedida en relación a la situación. ¿Entiendes verdad?

No eres tú, son los propios miedos, esos que pone el ego delante de ti para decirte lo incapaz que eres y a quién debes echarle la culpa por ello. Entonces, es conveniente retirarte del frente de ellos evitando agresiones gratuitas, que no van dirigidas a ti realmente, hasta que la cordura, el equilibrio, el amor se restauren, ¿Entiendes verdad? Sólo son los miedos no elaborados los que han tomado posesión y, son ellos los que están reaccionando y “defendiéndose” de posibles ataques de otros, nada más.

Mantén la calma y la distancia y permite que las emociones se aquieten y luego, con las cosas más claras, podrán conversar y entenderse. Sigue tu vida como si nada sucediese.

Te amamos y acompañamos. Bendita seas.