SER FELIZ - La mejor Manera de Sanar

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domingo, 7 de febrero de 2010

Misión: ser y hacer feliz a otros

¿Quieres saber sobre tu misión? Tu misión es ser feliz y hacer feliz a otros y eso es lo que haces con muchas personas, como con esos niños que tienen el alma triste, buscando desesperadamente expresar su verdad y permanentemente desarmonizados y con un alto grado de contaminación.

Tú les das felicidad, les enseñas en qué consiste, con unas horas de amor, contención, entretenimiento y con demostraciones de afecto. Eso es parte de tu misión: ser y hacer feliz a otros, con amor, dándoles lo que tú sabes que necesitan tanto.

Esos niños llevarán grabado en sus corazones y en sus almas esa pequeña luz que insertaste en ellos y sabrán que eso deben buscar, que eso deben añorar y encontrar; sin palabras comprenderán lo que es el verdadero amor: tener límites, hablar y actuar con honestidad y sinceridad, armonizarse, ser felices en una palabra.

Al reconocer las necesidades de los otros, sus carencias de todo tipo, sabes qué debes darles, pero también sabes hasta dónde debes darles y es sólo una cucharada pequeña de algún rico manjar que les haga desear tener esa diferencia en sus vidas, en forma permanente; si les das en exceso, ellos caerán en lo mismo de siempre, no verán la diferencia, no sabrán distinguir entre calidad y cantidad. Esa es tu tarea y no solo con niños; también con adultos, eso debes hacer comprender: que es necesario trabajar en ello para conseguir esa cucharada.

Se necesita desear mucho algo para querer trabajar para conseguirlo; por lo tanto no des en exceso, tan sólo esa cucharada de prueba para que el otro diga: quiero más y se esfuerce por si mismo en conseguirlo. ¿Entiendes?

Por tanto, es saludable poner límites sanos, coherentes, fáciles de entender, con mucho amor para que el otro no se cierre a su propia búsqueda.

Para esto no necesitas nada más que dar lo que ya posees: amor y felicidad.

¿Quién se resistiría? ¿Quién se negaría a seguir buscando? Por eso, raciona amorosamente lo que das.

Mira amorosamente tu misión. Mira cuánto has debido recorrer, cuántos puentes cruzar para poder aprender a ser feliz, para poder enseñar a ser feliz. Tiene sentido ¿verdad?

No se conoce el placer de lo dulce si antes no conoces el sabor de la amargura, ¿verdad? Y no puedes dar lo que no tienes. Te costó mucho aprender a ser feliz sin necesitar a nadie; entendiste que tu felicidad no depende de otros, solo de ti misma y, aún sin saberlo tú, tus pasos, tus caminos, estuvieron enfocados a aprender este tema. Te costó mucho lograrlo y valorarlo. Ahora ya lo sabes y tu misma debes cuidarte de no perder esa sensación, ese estado de felicidad.

Nunca más caer en la angustia, en la incertidumbre, en la desesperación porque ya sabes que quien es feliz, tiene absoluto poder sobre si mismo y tú ya lo tienes a ese poder, ya eres feliz.

No se necesita ningún tipo de estructuras para ser feliz, solo tu propia estructura que en este caso es tu propio aprendizaje y éste es sólido, firme, estable, difícil de derrumbar. Es un estado que te da tantas cosas!!!; te da libertad, te da amor y confianza en ti misma, te da sabiduría, alegría y genera una gran onda expansiva a tu alrededor.

¿Quién puede resistirse a ello? Nadie.

Tienes una gran misión. Disfrútala y realízala muy consciente y con mucho amor.

Te amamos y bendecimos con amor. Sé feliz siempre y no permitas que nadie te quite ese estado de felicidad y plenitud. Somos los que convocaste, Arcángel Miguel, Rafael y Uriel.