SER FELIZ - La mejor Manera de Sanar

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domingo, 7 de febrero de 2010

La importancia de la meditación

Esta es una hermosa meditación donde hacen una unificación con todos los elementos, una profunda limpieza de vuestros cuerpos físicos y los etéricos y consiguen una comunicación con el Espíritu Divino de cada ser.

Es allí, en ese espacio libre y purificado donde se reencuentran con ustedes mismos, donde descubren vuestra esencia, vuestros dones, vuestra misión.

Es en ese espacio donde deben refugiarse cuando se desarmonizan y se desequilibran y, aunque no logren una conexión inmediatamente, tengan la certeza que sucederá cuando hayan transmutado y limpiado lo necesario para que esa conexión se produzca.

Está en cada uno realizar esta práctica; está en cada uno fortalecer la intención de hacer este trabajo y eliminar los aparentes “problemas” que puedan impedir su realización.

No os debilitéis, no os desaniméis tan fácilmente. Muchas veces llegar a las metas propuestas no es fácil y así, en los logros de vuestra permanencia, en la intención de lograrlo, se prueba vuestra fortaleza, la fortaleza de vuestro deseo, de vuestra intención, el deseo profundo de lograr esa conexión tan necesaria para ustedes y que los ayude a lograr superar los difíciles tiempos que ya saben, se avecinan.

Es un tiempo de esfuerzo y dedicación y salvo ayudándolos con métodos y técnicas, palabras, Luz y Amor, todo lo demás de ustedes depende.

Nuestro canal ha estado en ocasiones, a punto de dejar de insistir ante ustedes de la importancia de vuestro esfuerzo; ella sabe que más no puede hacer y que, si ustedes no se deciden, no lo entienden, más no debe ella hacer; sólo respetar vuestra decisión.

Es hora de las definiciones claras. ¿Estáis conformes con vuestras vidas tal como ellas se desarrollan? Si vuestra respuesta es sí, no tengo nada que deciros, sólo que continúen con ella pero, si estáis aquí en este momento es porque vuestra alma está emitiendo una alarma, no importa cuán sonora esta sea, sólo está haciendo sonar la alarma para que la escuchen, para que sepan que hay algo que no está bien, algo en lo que deben trabajar, algo que deben entender y quizás modificar. Pero, aunque la escuchen, parecen creer que el llamado no es real y os negáis a escuchar y entender. No debéis perder más vuestro tiempo. ¿Os preguntasteis por qué, sábado tras sábado, venís a este lugar aún sin sentir que algo debéis modificar? ¿Sentís alguna diferencia en vuestras vidas diarias viniendo cada siete días?

Es tiempo de sinceraros con vosotros mismos, es tiempo de enfrentar vuestra real situación y cobrar la valentía necesaria para realizar lo que sea necesario en vosotros, sin temor.

Solo aceptando y reconociendo el por qué vienen a este lugar, les aclarará muchas cosas personales, muchas necesidades particulares; sólo escuchando vuestra alma, descubrirán vuestros deseos más profundos. No hay otra forma que realizar esto, sino en medio de un ambiente de silencio y recogimiento interior.

Estas reuniones son de gran ayuda para vuestro trabajo personal, para que cobren fuerzas y claridad para realizarlo por lo que, a partir de hoy, es en este lugar donde comenzarán a realizarlo.

En forma individual, en absoluto silencio, en recogimiento, comenzarán a trabajar.

Este es un espacio para compartir sí, pero no es un espacio social. Ya los tiempos que se avecinan no permiten que así sea.

Este es un espacio donde cada sábado se ancla y se aumenta la energía que necesitamos nosotros, los Seres de Luz, para trabajar en los cambios que este planeta y toda la galaxia sentirán. Los tiempos se acortan cada vez más y ésta debe ser la nueva forma de reunirse y trabajar. Esperamos que sean capaces de comprender y aceptar.

Es un tiempo de recogimiento y de la búsqueda de la comprensión de vuestros roles en el desarrollo del plan de Dios para toda la humanidad.

Los acompañamos, guiamos y protegemos. Estamos con ustedes decidan lo que decidan. Benditos sean todos los que escuchen con el corazón este gran llamado de Amor; benditos sean los que escuchándolo, su tarea decidan realizar para ayudar y colaborar; benditos también los que aún no se sienten preparados.

Los amamos siempre.