¿Sabes quién eres realmente?

No tienes que demostrar nada a nadie, sólo ser tu misma. Esto lo consigues reconociendo todo lo que has incorporado en esta vida en conocimientos, en sabiduría, en experiencias, a tu ser. En una palabra, sabiendo profundamente quién eres y cómo lo has logrado. No hay otra forma. Ni siquiera nuestro apoyo puede ayudarte si tú decides desconocer esto. Eso significa desconocer tu verdad, desconocerte a ti misma cuando no reconoces quien eres.

¿Quién eres? ¿Sabes realmente quién eres? ¿Por qué sigues dudando de ti misma? ¿Por qué sigues aislándote? No es por egoísmo porque estás dispuesta internamente a brindar todo lo que eres a otros, sino por temor; temor a ser juzgada, criticada, agredida, temor al que dirán.

Y así vuelves al principio, te retrotraes en el tiempo como una niña asustada, dudando de todo y sobre todo de ti misma. Termina con eso pues ya no es necesario en tu vida.

Comienza a actuar con firmeza, con seguridad, a movilizarte sin temor. Empieza de a poco, afianzándote para sentirte firme, para recuperar la confianza en ti misma. Habla poco, actúa con humildad, no juzgues, no critiques y todo estará bien; todo irá bien por los carriles correctos. ¿Entiendes? No podemos seguir con este tema, avanza, anímate, prueba tu fuerza y tu poder, suavemente, como un niño que da sus primero pasos y verás que, pronto, deja de tambalear.

No sigas por este sendero de auto castigo porque ya no te es útil; porque lo único que te hace permanecer en el es el temor, pero especialmente, el temor a ti misma.

Atrévete a soñar, a ser feliz y a enseñarlo. Si tú no lo eres, no puedes enseñarlo ¿recuerdas?

Da un primer paso, corto, firme, seguro, de ayuda a otras personas y verás cómo te sueltas, cómo lo logras. Empieza ya. Fluye y no te estanques.