Tu tarea: ayudar a despertar

Despertar es tu tarea, tu misión y eso sólo es posible reconociendo la verdad de quienes son realmente.

Tú ya lo sabes, sabes quien es cada ser que a ti llega, cuáles son sus cualidades, sus defectos, sus virtudes; pero es el mismo ser quien debe descubrirlo para llegar a hacer, a lograr, un cambio real en su ser, en su esencia.

Ahora, lo que debes lograr, es hacer esta conducción con amor, con paciencia y tolerancia para poder apoyarlos con toda la fortaleza de tu alma pues, a veces, no es grato lo que guardan dentro de sí y descubrirlo es bastante fuerte. Por ello, actúa con prudencia siempre y mucho amor.

Tú conoces el camino, ya lo recorriste, sabes lo que se siente, el dolor, el desagrado y la satisfacción también.

Reconoce tu maestría y aplícala uno a uno, con mucho amor, con dedicación y fe absoluta en ti, en nosotros, y en todo lo que suceda a tu alrededor, sin dudar si ¿será así?, ¿será de esta manera?

Avanza al ritmo que te marque tu corazón. Síguelo sin dudar, sin desconfiar, porque así es. Tu maestría radica en saberlo antes que los demás.

A veces parece que el mundo se ha detenido y que no hay avance alguno. No es así, son momentos para descansar, organizar, terminar otras tareas. Pequeños ciclos que cerrar antes de avanzar. Aprende a reconocerlos, déjate guiar.

Gracias por aceptar nuestras sugerencias, nuestras indicaciones.

Estamos contigo desde hace eones de tiempo, contigo avanzamos o nos detenemos; avanza pues, pausadamente, afirmándote firme sobre tus pies con las certezas que reconociste y aceptaste, como si fueran un estandarte que guían y conducen, a ti misma y a otros.

Reconoce nuestro amor y la confianza que en ti tenemos pues es lo que te permitirá avanzar y lograr tu objetivo: despertar conciencias. No es tarea fácil, pero no te desalientes.

Respeta siempre el proceso, la voluntad y el deseo del otro, aunque sientas que está equivocado pues sólo de esa manera regresará a seguir aprendiendo.

Déjanos acompañarte y guiarte; acéptanos sin dudar y sólo actúa siguiendo tu corazón para no equivocarte.

Nuestro manto de amor te protege a ti y a tu tarea. Estamos contigo por siempre y para siempre.

Te amamos y bendecimos.

Desde el corazón del Padre te saludamos y nos despedimos con amor y gratitud. Bendita seas.